Han pasado 54 años desde que el hombre pisó por primera vez la Luna, desde que la famosa misión Apolo 11 por primera vez lograra que un ser humano llegara al satélite de nuestro planeta. Los mismos años transcurridos desde que cinco impetuosos jóvenes decidieran volar cargados de ilusión para remover las entrañas de un pueblo que estaba a punto de entrar en efervescencia con otras propuestas e iniciativas culturales que llegarían años más tarde.
El grupo corraleño Los Apolos – los primeros , los pioneros, los más atrevidos- han vuelto para despedirse. Un “hola y adiós” para el que se han reunido algunos de los que formaron parte de la banda en origen y a los que se han unido un grupo de amigos para colaborar en un concierto con el que se puso la guinda a una magnífica semana cultural en el que sobrevoló durante su hora y media de duración, los nombres de Luis Miguel Rodríguez Borlado, Lorenzo Callejas y Ángel Novalbos, miembros fundadores de Los Apolos que ya no están. De aquella formación que evolucionó durante una decena de años se juntaron para el concierto de este sábado José Vargas (guitarra), Pepe Arenas (batería) Julián Romero (guitarra) Álvaro García (saxofón) y Jesús Arenas (voz). A ellos se unieron, con el teclado Rubén Linares , a la guitarra Carmelo Rodríguez , y Pepe Arenas (hijo) al bajo.
La expectación levantada con el concierto fue tremenda. Lleno total del nuevo recinto del auditorio municipal para aclamar, corear y aplaudir a una banda, que más de medio siglo después se subieron al escenario para interpretar un repertorio revival con el que celebrar las bodas de oro de aquellas citas de principios de los 70, que pusieron las bases y el espíritu de las numerosas iniciativas que después emprendieron otros jóvenes del pueblo, al llegar los albores de una incipiente democracia.
Comenzaron su recital con el legendario “Venus” de la banda neerlandesa Shocking Blue, que muchos que peinen canas habrán tatareado más de una vez. Le siguieron una quincena de temas con un repertorio salpimentado de emociones con el que el numeroso público, se sintió cómplice, a caballo entre la fiesta y la nostalgia: “Un rayo de sol” o “Fin de semana” de Los Diablos, “Hey Tonight” o “Down on the corner” de Credence Clearwater Revival, “Mi calle” de Lone Star, “Oye como va” de Santana o canciones románticas de Los Roberts, Los Tamara, Los Albas, Los Ángeles …incluso de Manolo Escobar o Joaquín Sabina.
Un concierto inolvidable por lo que representa y por lo que se recuerda. Por las sensaciones vividas y por la multitud de recuerdos que sacudieron las almas de los que hoy viven su tercera juventud. Cincuenta años después han vuelto para despedirse Los Apolos, quién sabe si lo han hecho para encender la mecha de un nuevo renacer en el espíritu inquieto de un pueblo que sigue más vivo que nunca.