La banda valenciana de los hermanos Tormo, Los Zigarros, que eran los favoritos del cartel de la XXII edición del festival del choock, no defraudaron en su paso por Corral de Calatrava. De hecho dieron más de lo previsto, como se puede apreciar – más abajo- en el orden del repertorio que tenían programado interpretar en el auditorio corraleño. Propinaron con dos temas añadidos, que no estaban en el listado de bises : una versión de un tema de Tom Petty y el famoso “my generation” de The Who, con la que cerraron el concierto.
Un festival en el que se cuidó y se veló -en la medida de lo posible- por que los asistentes mantuvieran una mínima distancia de seguridad anticovid , y en el que el grupo valenciano a pesar del cansancio de los kms de gira de presentación de su disco “qué demonios hago yo aquí”, recopilación del concierto de hace dos años en el Price de Madrid, agradaron al respetable que llenó el recinto acotado y limitado para la ocasión.
La formación granadina Eskorzo con un rock “a bajas revoluciones” de peculiar mestizaje a ritmo latino y africano aderezado con toques de ska y funk, repasó algunos de los temas más famosos de su carrera de escenarios con los que han maridado unas flamantes bodas de plata y ofrecieron a “fuego suave” un repertorio de sensuales canciones que permitieron relajar y preparar el cuerpo para el puro rock and roll que traerían Los Zigarros, después de degustar el trepidante rock de Fabián Brujo que llevó al escenario del Choo Rock su intenso directo para presentar su disco ‘Anatomía del querer que no se ve’ en el que se incluye una canción, (entre el invierno y los graffitis del parque) cuyo video clip de promoción, ha utilizado algunos planos del silo corraleño.
Un atípico Choorock, por las circunstancias pandémicas, en el que quinientas almas disfrutaron de una noche con la que echaba a andar una nueva y especial edición de la Semana cultural de Corral de Calatrava . Como dijo el líder de Eskorzo “tocar en Corral nos acerca un poco más hacia la normalidad… y eso nos da más alegrías que penas”